Grassy, Las Joyitas de Carmen Mazarrasa

Redacción 14, Octubre, 2009

 

Si en su primera colaboración para Grassy -Florescencia (2007)-, Carmen Mazarrasa se dedicó a rescatar tesoros acumulados a lo largo de los años en cajones y baúles, en la segunda, Las Joyitas, propone otro tipo de reciclaje, el que se da con cada cambio de temporada, y es que presentará novedades cada seis meses.

Basada en una serie de elementos a combinar, sigues a tu gusto las reglas de la suma, la resta, la multiplicación y la división. Para algunas el resultado será despojado y esencial, para otras rico y exuberante.

La joya entendida como coleccionable, fetiche, y objeto personalizable a base de montar y desmontar, unir y separar, soportes, mecanismos, y dijes o charms.

Los soportes son cadenas de oro rosa con o sin cabujones (de tres tamaños diferentes y cinco colores: rojo coral, azul turquesa, blanco y negro del ónice y verde crisoprasa), o bien cordones de cuero.

Los mecanismos sirven para enganchar con un simple gesto unas piezas con otras. El click (patentado por Grassy, con forma de tambor), lazos, aros, infinitos e imperdibles. También existen para tal fin anillos, esclavas y criollas.

Entre los dijes que podrás colgar hay letras, números, medallas, gotas de piedra dura, el símbolo de Grassy, un caballito de mar, realizado en jaspe; el de la libertad, una golondrina de ónix negro; el del dinero, una limosnera de ojo de tigre; los sueños, con un barquito de papel de ónix blanco, y el amor, con un corazón con banda de ágata cornalina.

“Joyas para siempre, pero con menos peso”, dice Mazarrasa. Ligeras, para llevar puestas a diario, vivas. Alta joyería pequeña.

A la venta en Grassy (Madrid).

 

 

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